Hace unos días se rompió mi mp4. Entonces, salí con el discman, regalo de los abuelos año 1998.
Fue raro, muy raro. Un bodoque negro que pesa tanto. Mi cartera no entiende nada, de repente eso tan negro, eso tan discman, ocupando tres cuartas partes del espacio carteral. La gente en el colectivo me miró de maneras curiosas y discriminatorias. Yo me sentía un poco orgullosa de mi anacronismo.
Hasta que, durante aquel mismo día, vi a una muchacha de mi edad con esos "chupetes" bien noventosos- los de colores, de jueguete- colgado en el cuello.
Hoy compré un nuevo mp4. Vendí mi alma por hondos temores a la desubicación épica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario