jueves, 31 de enero de 2013

No saber cómo,
cuál es la manera,
nuestras opciones mejores
para traernos más cerca.
Rompernos en partes iguales,
sacudirnos los huesos como perros mojados
y salpicar peatones.
El deseo de salir se vuelve
ineludible, ya no quiero escuchar
otras voces, todas distintas a mi ya
no quiero escucharme tan muda
ni seguir hablando en voz baja.
El invierno está empezando de este lado.


París II

Blanca pero sin nieve
película que vive
igual a sí misma.
Laberinto invernal
pasadizo secreto
con puertas de acero que miran
a iglesias fantasmas.
Se hace silencio,
segundos suspendidos
en la línea visible del tiempo.
Tender la cama, volar la sábana:
eso mismo. Liviandad.
Todo es liso, planchado pero
las otras personas y yo
somos las arrugas de la ciudad.

París I

Un ombligo vertical,
un ciempiés que se acerca puntiagudo.
Me aquieto, todo alrededor
parece moverse conmigo.
Nos vemos, nos reconocemos
y la bruma hace de las suyas.
Aunque quiera, París no puede esconderse.
Nos perdemos pero las campanas
suenan y me gusta cuando no demandan nada
sólo escucharlas.

viernes, 11 de enero de 2013

A esta luz que entra
no la puedo llamar con ningún nombre.
Tiene la impaciencia de lo hermoso
lo suculento de lo que asusta
lo brillante de lo especial.
Muchos días pienso que es mejor
estar callada, sentarme y listo.
No moverme demasiado,
no existir lo suficiente.
Es la hora de las plantas, de los
bichos de las plantas,
es la hora de los muebles que
están vivos a pesar de todo.
Lo inmóvil tiene movimientos:
revoltosos, discrepantes, caracoles,
moléculas que hacen de las suyas.
Si yo fuera un telescopio
sufriría astigmatismo.

miércoles, 2 de enero de 2013

Hay tanta sal
en mis labios,
mis hombros
como guirnaldas de viento
se pegan a los escondites,
recovecos amargos de un cuerpo.
No sopla lejos mi voz,
con el dedo en alto
señalo azules
creyendo daltónicos
todos mis pensamientos.
Si una curva me tocase
me ahuecara crocante
y abajo la sangre,
que no se llevaría tanto.
No conozco el recuerdo
enceguecido del fuego.
No conozco las caras
de tantas otras que soy.
Me llamo con el nombre que me dieron.