jueves, 29 de marzo de 2012

Soy diciendo.

Ayer estaba pensando: qué difícil es contar algo.
Qué difícil hacer un recorte, elegir las palabras,
acompañarlas con los gestos correctos; los que dicen
lo que siento, lo que estoy sintiendo, lo que pasa,
lo que pasó, lo que pareciera que va a pasar.
Qué difícil relatar sentimientos,
qué raro es definir sensaciones.
Y al mismo tiempo, qué hermoso es
cuando una palabra logra capturar, bordear,
tocar alguna de mis emociones.
A veces me siento contenta
cuando sé decir. Me da confianza en
mí.

Mi yo ser.

Hay personas que dicen:
"qué miedo, lo desconocido".
Yo le tengo más miedo a lo conocido.

Tira y afloje

Te soy
lo que me das.
VEO SILENCIO
TOCO LA LUZ
OIGO UN COLOR.

ESTOY UN POCO CONFUNDIDA.

BAJITO, mejor bajito

Las mejores cosas
se dicen
susurrando.

SSSSHHHHHH

El silencio;
el que mejor captura las palabras.
La acústica de la nada
hace a todo sonar.

Círculo.

Al mismo tiempo.
Pasa el tiempo.

Expecatativa

No hay persona de la que desee menos que
TODO.

jueves, 22 de marzo de 2012

Tengo una duda.

Son los ojos del otro
los que me hacen yo.
Son las palabras
las que me permiten
decir quién soy,
qué soy, cómo.
Es la posibilidad de decir
la que me hace humana.
Pensar.
Repensar.
Qué memoria me recuerda.
Qué desmemoria me olvida.
Qué fotografía me retrata.

Cuántas preguntas.

Ups.

La imaginación hace
más feliz a la felicidad
y más doloroso al dolor.

jueves, 15 de marzo de 2012

Mañana de fresco

¡Los días que empieza a estar fresco!
ay, ¡desperezarse!

Pensar es moverse.

El movimiento es la cuna del pensamiento.
Caminar es recordar. Correr es reflexionar. Transpirar, filosofar.
Cuando vas, en verdad, también volvés.

martes, 13 de marzo de 2012

ANÉCDOTA (de Kant a Woody Allen)

Último final. Exponiendo mi tema frente a la titular de cátedra.
Juli: -"(...)Bueno, y entonces, muchos de los autores que hablan sobre el fenómeno estético moderno, tienen como una mirada nostálgica con respecto al pasado. Hay un dejo de "todo tiempo pasado fue mejor", como si la época de la técnica, la ciencia y los avances tecnológicos vinieran a aplacar la suprema función del arte que cumplió en algún otro momento".
Profesora: si, si, muy bien.
Juli: "¿Sabés a qué me hizo acordar? A la última película de Woody Allen, Medianoche en París, en la que todos los artistas fijan un momento en el tiempo (pasado) donde el arte brilló y llegó a la máxima expresión".
La profesora me miró fijo, me sonrió y me dijo: "Yo pensé lo mismo".
Después de la mención a Woody, se terminó el final. Dame la libreta, te felicito, es el último, ¡hurra!

-Espinaca-

Hablemos un poquito de la espinaca.
Yo no soy muy fanática de las hojas, en general.
Prefiero la carne, el asado, las patitas de pollo.
Pero la espinaca me gusta, me hace sentir que soy sana, que puedo ser sana.
Acompañando a un bife o a una milanesa, me parece una gran opción.
El tema es que ayer compré dos paquetes y cuando la fui a colar me encontré con un mini-puñado de cosa verde. Algo realmente insignificante. Y ni siquiera es tan barata (dos paquetes, 14 pesos).
No es la primera vez que me pasa; la decepción.
Entonces una vez más vuelvo a la papa, la batata y los fideos. Ellos no me defraudan.
Chau a lo verde. Verde sos fiasco.

Falta poco poco poco

¡APROBÉ PORTUGUÉS!
FELICIDADE

Post- parto

Rendir un final
es como parir un alivio.

martes, 6 de marzo de 2012

Movimientos internos

Corriendo por dentro,
estudiando por fuera.

lunes, 5 de marzo de 2012

Vos, yo, mi ego.

A mí siempre me dijeron "no hagas lo que no te gustaría que te hagan"
pero nadie me dijo "hacé lo que te gustaría que te hicieran".
Pensar en el otro muchas veces es pensar en uno. No hay con qué darle.

sábado, 3 de marzo de 2012

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Los que votaron en la encuesta
la opción "otras".
hagan un "comentario" y argumenten su elección.
(Plis).

-ESTO NO ES UNA DESCARGA-

Que esta semana dejé de trabajar, y las despedidas tienen ese sabor semi-amargo de algo lindo que se va y algo  nuevo que viene. Nunca estuve de acuerdo con "más vale bueno conocido que malo por conocer", ni con ninguno de esos dichos prefabricados del siglo de la carambola. Sin embargo tengo un poco de llanto atragantado porque voy a extrañar algunas cositas simpáticas, como jugar al hockey en el pasillo del segundo piso, llenar mi bandeja con las milanesas de Nilda, tirar la pelotita ida y vuelta ida y vuelta ida y vuelta, y a wense. 
Además estoy terminando la facultad. Siempre me reí de la gente que entra en crisis cuando está por recibirse, pero ahora estoy acá y tengo el rabo entre las patas. Tengo la impresión de ir permanentemente a contratiempo, y esta vez no podía ser la excepción. Me propuse antes de viajar terminar con las 4 materias que me quedaban pendientes. Poco y mucho al mismo tiempo. 1) Es febrero, no quiero hacer nada. Nadie quiere hacer nada. Debería ser ilegal hacer algo. (me acabo de dar cuenta de que ya es marzo, qué importa, este es un ejercicio de auto-análisis, nadie puede criticarme, estoy en una dimensión desconocida, perdí la aguja en el pajal). 2) No, no es nada poco. 3) Es mucho: cuatro materias, es decir. Un final. Mi último final. Estética: Kant, Hegel, Nietzsche, Heidegger y la puta coseidad de la cosa. Me pregunto, en serio, si esa gente tenía algo de tiempo para ir a la plaza o hacer el amor. Una y otra vez me contesto que debía no interesarle mucho todo eso, de la vida. Sigo, dos monografías (ok, aceptable) y portugués. A pesar de parecer lo más pelotudo, portugués es lo peor. Todo el mundo dice que es difícil, que hay que llamar a un profesor, que si no cursás no aprobás. Y me gratifiqué sabiendo que, en el caso de que te vaya mal, siendo la última materia antes de recibirte, podés pedir una mesa extraordinaria para volver a intentar. Bueno, qué pasó: rendí ayer y pienso que me fue bien. Es un horror: ahora tengo una ilusión que antes no tenía. Por dios. Fui sabiéndome desaprobada y ahora ansío que pasen rápido dos semanas para saber si efectivamente me bocharon o no. La espera es la angustia del infinito. Tres horas, quince páginas en portugués y una cabeza que dejó de funcionar para siempre.
El viaje es mi norte. Quiero estar en Praga, quiero pasear por plazas de castillos y saltar adoquines de miles de años de historia. Me aterra casi todo: que no me dejen pasar que no llegue mi equipaje que la crisis europea que me duela la espalda. Y la cosquilla del miedo se vuelve toda amor y expectativa. Así que no importa nada de eso. 
Otro dolor de cabeza: Macri. No puedo ni hablar de él, en serio quisiera que alguien que lo banque con convicción venga a la esquina de mi casa y juguemos a rompernos la cara, porque hablando no nos vamos a entender. Devolvió los subtes, madre santa. No tengo palabras.
No sé, estoy así. Tan así que ni tengo ganas de tener nuevos útiles escolares ni de ver comedias románticas. No quiero chocolate porque hace calor y me gusta el asado pero últimamente todo me cae medio mal a la panza.
Estoy nerviosa. Quiero llorar. Me río sola en la ducha. Canto Ricardo Montaner y me emociono.
Quiero abrazarla a Belén. Tengo ganas de agarrar mi bicicleta. Tengo ganas de no tener expectativas. Tengo todas las expectativas del mundo.
Chau me voy a escuchar Ricardo Montaner.