domingo, 19 de septiembre de 2010

Mujer que no es ninguna y somos todas I

L. estaba cansada, pero con esa sensación de "mis ojos tienen sueño pero mi cabeza no". Se había cepillado los dientes de la forma habitual: primero arriba y a la izquierda, después arriba medio, después arriba derecha y luego un poco por todo abajo. Le daba menos bola a los dientes de abajo, desde siempre, pero, paradojicamente, tenía más caries en los de arriba. Siempre le llamó la atención el hecho de que su forma de lavarse los dientes era una forma muy peculiar, era muy suya; otros debían pasar tanto más tiempo en el cuidado de sus trámites bucales. L. lo hacía en menos de dos o tres minutos. Y se los lavaba dos veces por día, a lo sumo. Cada vez que los cepillaba, se imaginaba a personajes desconocidos procediendo en la misma actividad: pensaba en franceses, ingleses, peruanos, bolivianos, afganos; todos lavándose los dientes, cada uno en su baño. (En su imaginación, el decorado acompañaba  el estilo del país de procedencia). L. sentía que ella debía aprender de alguien que lo hiciese mejor, necesitaba alguien que la ayudara a mejorar su cepillado. Sin embargo, por dentro sabía que probablemente nunca modificaría sus hábitos. (- es muy difícil que algo tan arraigado se modifique a esta edad- sostenía para sus adentros). Otra cosa que le llamaba la atención era que "caries" fuese una palabra que no admitiera el singular. La oración "tengo una caries" siempre le iba a parecer agramatical.
Decidió meterse en la cama con la "ADN Cultura". Leyó la primera página pero se dio cuenta de que no estaba como para leer. Quizás una peli. O llamar a alguna amiga por teléfono. O escribir una carta a algún ex- novio. Los ex- novios estaban ya lejos de su melancolía, de su potencial tragedia griega, así que descartó esa opción desde el comienzo. Las amigas le contarían sus días ajetreados de trabajo y facultad y ello la llevaría a una profunda aceleración y posterior insomnio. Y, una película...el video había cerrado y en casa no había nada tentador.
Cuando todas las opciones se vieron agotadas, se sentó en la cama. Después se acostó. Volvió a agarrar la revista. La cerró. Prendió la tele y se quedó dormida con el canal Encuentro de fondo. Soñó con sus ex- novios. Soñó y se levantó con esa sensación de "dormí pero estoy más cansada que antes de acostarme".

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