sábado, 31 de octubre de 2009

Decí que le caigo bien.

Hoy me pasó algo que fue absolutamente Juli.
Fui a la intervención de una amiga,
"casa tomada", un proyecto que mezcla el área de publicidad con otras disciplinas: literatura, pintura, moda, cine, etc.
Adentro, me encuentro con un conocido, y empezamos a recorrer los distintos espacios juntos.
Hay salas verdes, rojas, proyectores en el techo, sillas, gente, laberintos, camas, graffitis, y un cuarto especial.Era el más chiquito, paredes blancas, repletas de un líquido que simulaba ser sangre. Del inodoro, salían dos piernas de maniquí cortadas, y del extremo exterior, sangre. En la bañadera, una espuma peligrosa que flotaba entre otras dos piernas cortadas de maniquí y un secador de pelo. En la pileta, fideos moñitos de los que salían dos brazos también cortados, y sangre.
Manos de sangre en la pared,
manchas de sangre en el techo,
piernas de sangre en el inodoro,
y unas luces intermitentes tenebrosas.
Viendo ese panorama terrorífico, le digo a R.: Guau, esto es terrible, pero qué cabeza morbosa y enferma debe tener la persona que lo hizo.
R. se rió y me dijo: pensé que sabías que lo había hecho yo.
Después me dijo que varias personas le preguntaron si hacía terapia.

-Danza-

Mis pies se hicieron rasposos.

Capish!?

Me gustan las personas
que entienden mis obviedades.

viernes, 30 de octubre de 2009

A movernos un poquito!

Regreso a los noventa.

Hoy me puse a pensar que nunca supe cómo
David Copperfield hacía desaparecer cosas tan grandes.

De las cosas lindas.

El desempleo (voluntario) es incomparable.
Por supuesto, esta frase no viene sola. Hay que haber trabajado bastante
para poder disfrutar al máximo las mañanas de no-trabajo.
Me creo en lo cierto cuando afirmo que es una de las situaciones más privilegiadas,
no es joda levantarse a las diez, subir la persiana, desayunar cereales y jugos, y leer los libros de Shakespeare en la cama. Pobre William, él no escribió para ser leído bajo un ventilador de la calle Aguirre, pero qué más da. Es todo una experiencia leerlo en voz alta, acostada.
Y bueno, las cosas son así. Varela Varelita los jueves mañaneros, después de terapia, ay, es mi día preferido, el otro día tomé el licuado de banana mejor preparado de la historia. Proporción justa de azúcar, jarrita verde que permite rellenar el vaso, y viento fresco entrante por el ventanal. Qué gran época del año! y ni hablar si uno vuelve por Malabia en bicicleta, tiene las mejores bajaditas de la zona.
Nunca estuve tan al día con mis estudios, nunca tan buenas notas, nunca nada como esto.
En verdad, encontré algo que busqué por mucho tiempo, resignando otras cosas, pero bueno, nada viene sin etiqueta.
No sé bien qué quise decir con "etiqueta", pero algo así como nada es gratis.
En los últimos días se me presentó un dilema. Dos.
Uno) Mis amigos se van de vacaciones, a hermosos lugares del mundo, muchos ya con pasajes, otros en plena planificación de retiro, o lo que es peor (para mí), Ezeiza.
Y yo, divino mi licuado de banana y las notas de filosofía y letras, pero me quiero subir a un micro con mi mp4 (digresión: mi amiga lau se fue a ny y yo, en un acto de amor profundo, le presté mi pequeño tesorito violeta, simplemente quiero dejar constancia), y dos) no tengo plata, porque no tengo trabajo, porque tomo licuadito de banana.
Volvemos al tema de las etiquetas, todo viene de la mano con algo. Volví a no ser clara, creo.
Cuestión:
ojalá alguien me regale para mi cumple,
un viaje desde el mundo del desempleo, hasta Bolivia, sin escalas.

Martín Trombetta

Hola, bueno.
Llegué a casa de un intento medio frustrado, medio dormido
de ver una película,
medio mosquito,
medio viernes a las dos de la matina, un documental no es tan buena idea
(aunque la vida de Luca sea inspiradora),
entonces entro al blog de un amigo
y me pongo a leer sus digresiones económicas (un señor actuario),
no entiendo mucho, pero sigo leyendo
y de repente llega un post (quisiera saber poner el link para abrir directo el artículo, eso está de moda en el mundo blogger, pero bueno, estudio letras y no soy muy ducha en linkeados (?)) (doble paréntesis, uopa!).
La cosa es que
él dice que hay que ser absolutamente tajante con la gente que dice "si yo sería", pero no así con la gente que dice "murciégalo" o "dentrífico",
"gracias a Juli por la inspiración", o algo así.
=)
Ya me puedo ir a dormir tranquila.
Y coincido, seamos tolerantes con los disléxicos simpáticos.

jueves, 29 de octubre de 2009

Debe ser por.

Cuando nos sentimos medio mal, culpamos al clima.
Cuando nos sentimos medio bien, quizás también.
Es común decir: "y, con este día...(cómo no vas a estar radiante!?)".
Cuando nos sentimos medio mal, culpamos a la menstruación,
cuando nos sentimos medio bien, un poco le agradecemos.
Pero basta! nosotros, humanos, gente,
dejemos de pensar en determinismo.
Siempre los días son especiales, particulares, raros, lindos, mejores y peores,
y somos sensibles, susceptibles, modificables, somos sujetos que somos,
entonces paremos de buscar alternativas en
los elementos de nuestra vida, para justificar cómo somos.
La culpa es un invento nuestro, rompámoslo. Y seamos, sin excusas.
Igualmente, si estoy escribiendo medio cualquiera, debe ser el calorcito, que me deja como tumbada, hoy hace treintaycuatrogradosdesensacióntérmina.

My sister siesta.

Hoy dormí de esas siestas que te atrapan a la cama,
te atan por dos horas de sueño,
y te vuelven a atar por dos horas de volver-al-mundo-de-la-vida.
Son las siestas más exigentes,
y las más intensas.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Como en una película de mi cabeza.

Se encontraban en un bar, pleno caballito. Ella en bici, él en taxi (llegó muy tarde, la lluvia).
Ella se sentó en la ventana, sin dudas. Pidió lágrima en jarrito. Se sintió un poco aburrida por el pedido, bastante clisé (tenía la teoría de que la lágrima en jarrito era la analogía cafetera del daiquiri, ambas infusiones sutilmente femeninas), pero más que nada se sintió muy nerviosa. Odió llegar primera, había calculado todo para que no pasara, pero no hubo chance. Él siempre fue impuntual, ni siquiera de forma planificada podía suplir lo que la naturaleza había provisto en su cronometología intrínseca.
Puteó no poder fumarse un cigarrillo, y puteó (para adentro, no había ningún rastro en ella que implicara insociabilidad) al mozo, por traer tan rápido la lágrima. Pensó: siempre son rápidos, pero hoy se fueron al carajo, cuando llegue ya voy a estar aburrida, sin café y transpirada.
Lo de la transpiración le jodía bocha. Porque, claro, lo había premeditado (cómo se nota cuando a una mina le gusta un tipo, piensa tanto) y se había llevado musculosa sin manguitas, cosa de que la "aureola" no se note, el olor no era un problema. Era aguita, era mancha, no era otra cosa.
Pero no había sido tan fácil. -¿Qué hago, me depilo con cera?... no pasó mucho tiempo, y además me da cosa, porque es como suponer que va a pasar algo, y no es lo mismo que pase o no, estando depilada o no. Una opción me deja mejor parada que otra. No, perdón, una me deja menos peor parada. Cuestión: había decidido depilarse con gillette las axilas, y punto. -"Que se joda", pensó.
Él llegó, agitado, pero manso, tibio, equilibrado (diluviaba: del taxi al bar, empapado).
Su mirada despejada como siempre, la sonrisita (y cuán lindo esos primeros ojitos, primeros segundos de encuentro, de presencia). La saludó con abrazo y beso (no muy largo, normal digamos, pero ella se quedó como abrazando y él soltó primero) y se sentó del lado de enfrente.
-Un cortadito, por favor.
Ahora sí, el hijo de puta del mozo tardó siglos. Ambos estaban como llegando, aunque ella ya había llegado hace un rato, pero llegando a ellos mismos, a ponerse más cómodos.
El tema era que no podían hablar de nada, hasta que el mozo se perdiera lejos, en la barra.
Tus cosas, las mías, la facu, el laburo, bien.
Llegó el cortadito.
Entonces ahora sí, tus cosas, las mías, la facu, el laburo, tu vieja, mi hermano, el viaje, el diario, el otro día encontré un boleto de colectivo de cuando viajamos a san telmo, te acordás? sí! qué frío hacía, tenés razón, y yo me crucé en la calle con tu prima que está por estrenar una obra! increíble, qué bien. Ya no venden más chipacitos en el subte, no sé, trato de evitar lo más que puedo ese túnel infernal, qué exagerada, ya sabés cómo soy, y vos que estornudás tan fuerte.
Estás linda, estás lindo.
Mierda, me tendría que haber depilado con cera.

El barrio el.

Brujas viejas, vecinas de ruleros, naftalina, escoba en mano,
colores azulados, blancas manos arrugadas,
cómo las quiero.

martes, 27 de octubre de 2009

La ley de la vida.

Cuando se planchó, extrañó los rulos.
Se puso medias can can y extrañó la comodidad del pantalón,
sacó a pasear al perro y sintió que un gato era más fácil,
aprendió inglés pero pensó que el francés es más sensual,
comió vegetales y se sintió débil y hambrienta,
sacó pasaje a venezuela y dijo, ¡ay bolivia querida!
viajó en colectivo y observó todas las felices bicicletas que pasaban por al lado,
no se llevó bufanda y sintió los ganglios inflamarse,
hizo ecuaciones y derivadas, pero al instante agarró una novela,
durmió siesta pero se sintió culpable,
no se lavó los dientes pero los saboreó sucios,
salió hasta las seis de la mañana pero desaprovechó todo el día,
cuando llegó a palermo se dio cuenta de que prefería los rollers,
cuando llegó a su casa se dio cuenta de que prefería estar afuera.

Ponerle onda.

Un durazno en mi heladera
acerca la llegada del verano
a mi estómago.

lunes, 26 de octubre de 2009

Cosas que me gustan sin plata-

Bici!
Sol,
pileta de algún amigo,
siesta con mantita de verano,
siesta con frazada de invierno,
leer diario los domingos (lo compra la familia, vale).
caminar por parque chacabuco,
pensar graffitis que nunca hago,
bailar cumbia en mi cuarto,
escribir una carta y llorar,
estornudar muy fuerte,
matar mosquitos,
escuchar una conversación ajena en un bar,
mirar fotos,
recortar notas de suplementos,
ordenar mi cuarto escuchando música,
revisar los apuntes y ver qué me falta,
la pincita,
cantar a la par de kevin, con auriculares, en el parque.

Loca.

Querido,
dejá las flores sobre la mesa,
o no mejor, ponelas en el florero nuevo,
el gris con pintitas,
ese, sí, gracias.
Sentate acá, más cerca, dale,
¿qué me tenés miedo?
mirá, quería hablar de algo,
a ver. cómo explicarte,
el tema es así.
Viste que cuando yo era chica
mi viejo me decía que saltar en la cama era algo malo,
como que se movía todo por adentro
y le hacía mal a los órganos,
bueno, algo así me pasa con vos.
Estar juntos es como saltar en la cama.
Se entiende, no?
No, pero pará.
Lo digo bien, eh. En el buen sentido,
como que me hace bien y mal.
Saltar es lindo, pero como que estoy agitada,
las cosas de adentro quizás estén desordenadas
pero yo ando lo más bien,
camino derechita,
puedo hilar pensamientos y ser ocurrente.
El tema es, my luve, que no se nos vaya de las manos,
no quiero ser de esas que van perdiendo sus órganos
desde tan chica.
Porque a los cincuenta, eh? eh?
ahí te quiero ver,
saltando.

Sin título

Tener las cosas tan claras
es bueno y malo.
Depende la noche,
depende del día.

domingo, 25 de octubre de 2009

Muerte de la palabra

Tengo ganas de hablar de algo
pero no puedo.

jueves, 22 de octubre de 2009

martes, 13 de octubre de 2009

Juliet por Juliet

Me estoy volviendo parecida a alguien que conozco desde que yo era muy chiquita.
A mí misma.

Podría ser.

¿Los que se ven vitaliciamente incapacitados de decir la palabra "telgopor" son los mismos incapaces de pronunciar "dentífrico"?
Creo estar en lo cierto cuando digo son errores bastante parecidos.

Amor que entras por los ojos

La coyuntura era transparente y delicada. Un encuentro después de catorce años de distancia. No se miraban a los ojos pero ambos padecían de calores corporales. Él más que ella, le sudaba la zona del bigote, las manos eran dos gotas de agua espesa y pegajosa. Ella estaba tentada, nerviosa, chis chis, cosquilla, me pica la nariz. Obviamente no disimuló bien todo esto porque en aquel despliegue de gestitos incómodos se acercó Marcos y le dijo:-Gisela, te amo desde cuarto grado cuando me pinchaste el ojo con el lápiz negro.
Gisela miró para abajo, lo miró a los ojos fugazmente y volvió a mirar abajo. El calor de su cuerpo bañaba los otros cuerpos de alrededor. Se podía prácticamente tocar su nerviosismo con las manos. Entredientes, muy nerviosa, pronunció algo así como: -Marcos, te quiero también yo pero lo nuestro no puede ser, ¿entendés? es todo muy violento, desde el comienzo. Y cuando las cosas empiezan así, así siguen. Distinto sería si te hubiese tirado una cartita de amor por debajo de la puerta del baño de varones o si hubiésemos comprado bon o bon y jugado al juego de romper el corazón del medio juntos. Pero, ¿entendés? me siento culpable, no podría ni hacer un crucigrama al lado tuyo que me acordaría cómo fue que empecé a gustarte. Es muy fuerte para mí.
Marcos quedó como un pollito mojado, una mano cerca de su herida visual (ojo) y una mano cerca de su herida espiritual (¿alma? ¿corazón? ¿pecho? ¿cabeza? ¿pensamientos?)
Nunca más vio a Gisela, y decidió más nunca abrir su ojo derecho, como símbolo de su amor eterno.

Planta del Pie

Se asomó a la ventana. Era un martes, había sol.
Se asomó y miró un ratito. Había sol. Había sol y había nubes densas. Había sol, nubes densas y viento fresco. Fresco pero no frío. Nubes densas pero no grises. De las blancas pomposas, achicladas, gomosas, brumosas, pochoclas, almohadón de algodón con avena, dentífrico espeso con licor de chocolate blanco, bombón de azúcar con helado de crema.
Había ventisca- amaba esa palabra- y había frescura en el ambiente, plenitud de temperatura, había estabilidad hipotérmica, justura ambiental, rectitud entre los polos.
Sacó un pie entre el marco y la nada. Era un primer piso bajito pero igual era alto para su pie. No tocaba la tierra, no tocaba ninguna otra superficie más que el aire. Se sentía un poco como una nube y un poco como una naba, dejando el pie colgando desde un primer piso bajito. Se sintió más naba que nube, pero a la vez un despojo de estar-en-lo-cierto asomaba en ella.
¿Cómo estar en lo cierto cuando uno saca un pie por la ventana de un primer piso bajito? podrán preguntarse los lectores. Claro, es ahí donde radica el punto focal de esta historia chiquita. Lo importante no era el balcón, no era la mañana, no era el clima, no era el primer piso ni el pie. Lo importante era estar bien.
Sacar un pie un martes por la mañana desde un balcón de un primer piso bajito fue en ese momento más satisfactorio que muchos actos fugaces de amor, más que ráfagas de caricias en las manos, más que manchar una pared con pintura amarilla, verde y roja, más que dar un beso, más que armar la casa de las muñecas, más que jugar con bombuchas en enero y más que despertarse al lado de una caja con olorcito a zapatos nuevos.
No le importó ser naba, le importó sentir que algo estaba bien en eso que estaba haciendo.

domingo, 11 de octubre de 2009

Juventud!

Qué bueno es volver a casa de día,
de vez en cuando.

viernes, 9 de octubre de 2009

Sarmiento querido.

Hoy en el tren cortaron la electricidad
con todos nosotros adentro.
Nos quedamos encerrados y a oscuras
entre muchos desconocidos.
Fue íntimamente extraño.
Los celulares nos alumbraron como en los recitales.
Se escuchaban voces, algo así como
"sí, amor, estoy en ituza, lareconcha".
Había una murga a toda máquina en el furgón.
Había un cachorro beagle al lado mío, con bozal.
Había embarazadas, y había chicos de todas las edades.
Había porro, cerveza y cigarrillo.
Había alfajores águila dos por tres pesos (tortita).
No había luz y las puertas estaban cerradas.
Había poca paciencia y cansancio general.
Había banderas de la "Ley K" (a favor)
Había, a fin de cuentas,
varias cosas que podrían causar un colapso nervioso.

Las chicas en Río.

jueves, 8 de octubre de 2009

Dudas que se auto-contestan.

¿Hasta qué edad es simpático comer patitas de pollo?
Digo, ¿dónde está el límite?
Tristemente, creo que en muchas de mis preguntas,
incluso cuando no llegan a construirse, erguirse, bajarse de la cabeza a la boca,
cuando son todavía minúsculas e incipientes puntitas mentales que picotean alguna neurona,
en esos inicios de cuestionamientos,
ya encuentro potenciales respuestas.
Y desde el comienzo de la pregunta, uno puede vislumbrar el término de la duda.
Algo va a pasar.
Algunos lo llaman "crisis" en el sentido positivo (sociólogos, psicólogos, amigos) y otros simplemente los llamamos problemas.
Basta de eufemismos. Los problemas quizás son crisis que probablemente tengan un resultado fresco y renovador, sí, bárbaro, pero al principio son problemas. Dejemos de tratar de ser menos infelices aunque sea de a segunditos.
Propongo entonces : crisis es cuando ya se ve la luz al final del camino, cuando la mitad del problema está resuelto.

Suena mal, pero es con buena intención.

No naturalicemos las cosas que no son naturales.
Seamos artificiales.

Desconfío

De los libros que dicen con más de una acepción "masturbar" y de los que dicen más de cinco veces la palabra "masturbación". No sé, algo anda mal ahí.

Freud me está cagando.

Mi pronóstico psicoanalítico
es inversamente proporcional
a la cantidad de horas de terapia.

La salud mental y el bolsillo

La semana próxima Osde deja de cubrir mis sesiones de terapia.
Esto es una fractura, un límite, una frontera insuperable:
es el borde entre la más sombría interiorización en soledad
o el enfrentamiento a una locura cara y regida por las leyes del capitalismo.

sábado, 3 de octubre de 2009

Sí.

Las calles con adoquines
son para mí
la analogía urbanística
de las cabezas con rulos.
Las autopistas son como
modelos de Giordano.

jueves, 1 de octubre de 2009

Ser así.

Tenés razón.
Viva la diferencia.