viernes, 12 de septiembre de 2008



Las terminales en Bolivia tienen ese no se qué que nos encanta.
Arrojan a la luz nuestro instinto asesino más profundo y los más dulces recuerdos.
Nunca temí tanto a la muerte como en aquellos micros y nunca estuve tan cerca de sentirme viva, a la vez. Esa es la mejor síntesis boliviana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las terminales tienen ese ritmo que a uno lo desconcierta, con gritos de mujeres bolivianas, cual copleras anunciando destinos.

Tienen esa cosa que a uno se le pone el estómago vacío y los brazos cansados. Es una especie de gran resaca.

qué gran viaje, jú.
qué grandes momentos.

te quiero mucho,