Era la época que inventaba señales,
el mundo coincidía con vos,
las hojas de los árboles volaban conmigo.
Fue un tiempo que duró desde siempre
un ovillo de nunca acabar
un mandala de incontables vericuetos.
Para entonces no sabía
lo que hoy tampoco entiendo.
Pero te puedo asegurar:
cada día sumó cinco días
a la existencia de mi vida.
1 comentario:
desde siempre y para siempre... (siempre tuviste puesta la camiseta)
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