lunes, 22 de octubre de 2012

Un astronauta
baja hasta mi cuarto
todas las noches.
Se saca el traje
y acomoda el casco
en mi mesa de luz.
Juntos en la oscuridad,
rebotamos pelotas,
nos decimos secretos.
Él se queda en mi cama,
yo subo a algún planeta.
Así dormimos todas las noches
soñando con otras tierras.
Por la mañana, la alarma
y sin hacer ruido cierra la puerta.
Ayer se olvidó el casco,
hoy lo voy a esperar despierta.
Le propongo un punto medio
dentro del espacio todo,
para yo devolverle el viaje
y que él me devuelva el sueño.


3 comentarios:

Damu dijo...

en Facebook pondría me gusta, acá hago lo mismo: me gusta.

Damu dijo...

"me gusta"

Taio dijo...

Me encantó...