Un astronauta
baja hasta mi cuarto
todas las noches.
Se saca el traje
y acomoda el casco
en mi mesa de luz.
Juntos en la oscuridad,
rebotamos pelotas,
nos decimos secretos.
Él se queda en mi cama,
yo subo a algún planeta.
Así dormimos todas las noches
soñando con otras tierras.
Por la mañana, la alarma
y sin hacer ruido cierra la puerta.
Ayer se olvidó el casco,
hoy lo voy a esperar despierta.
Le propongo un punto medio
dentro del espacio todo,
para yo devolverle el viaje
y que él me devuelva el sueño.
3 comentarios:
en Facebook pondría me gusta, acá hago lo mismo: me gusta.
"me gusta"
Me encantó...
Publicar un comentario