Ayer a la noche fue terça fera, o sea, martes,y los martes se descontrola el pueblo salvadoreño.
Si siempre toman cerveza, los martes toman más cerveza.
Si siempre tocan tambores ,los martes tocan más tambores.
Si siempre son felices, los martes están más alegres seguro.
Nosotros fuimos saltando de zuco en zuco: ananá con menta, naranja con açerola, açaí.
Y saltando también fuimos al bolichito salsero del pelourinho. Sankofa.
Una banda de músicos peruanos nos esperaba con todo el sabor latinoamericano de la salsa,
y nosotros nos dejamos bailar al ritmo del pianito y del tambor.
Giro, giro, cabeza, cabeza. Todo acompañado de un caudal importante de transpiración.
Nos deshicimos de a poco moviendo las caderas y comprobamos una vez más
que los negros nos pasan el trapo sacudiendo el cuerpo.
La lluvia que nos esperó a la salida pudo limpiar algo de nuestro sudor,
pero nada de nuestra felicidad.
Está empezando el final del viaje y yo estoy empezando
con esas emociones de los viajes largos y especiales,
que se pueden terminar un día pero en verdad, a la vez, no terminan nunca.
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