jueves, 11 de noviembre de 2010

Era obvio.

Hoy no tenía ningún libro en el morral. Es más, justo hoy no tenía morral. Tenía una mochilota.
Hoy no tenía bien armados los rulos. Hoy el pelo estaba con sus peores despeines.
Hoy tenía semejante cansancio. Cansancio con resfrío. Cansancio con resfrío y dolor de garganta.
Hoy tenía mil carilinas y mil tampones en los bolsillos.
Hoy llevé pantalón suelto y sweater lleno de bolitas de vejez.
Hoy salí con ojeras, con la espalda torcida, la media corrida, el rimmel vuelto colchón negro.
Hoy, justo hoy, te acercaste a mi mesa en el bar y me dijiste: -Hola, pretty.

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