Hace un tiempo, cada tantos días,
la conexión se debilita y hace caprichito cibernético.
Me deja conectarme un poquito,
a algunas páginas, en determinados momentos.
Yo entiendo que los perros puedan contagiarse
del carácter de sus dueños,
pero ¿la computadora?
El siglo veintiuno me supera.
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