lunes, 25 de enero de 2010

Escenas de Depilación (II)

Aires de ceras innovadoras me hicieron
aterrizar en una galería rococó de palermo,
donde paradójicamente la depilación sale mucho menos
que en villa crespo o "palermo D.C" ("después de córdoba", pf.)

Cuestión: fue la peor depilación de mi vida.
Nunca pensé que diría esto pero
la cera andaba mal.
O mi cuerpo y la cera se llevaron mal,
al punto de volver y tener que estar horas con la pincita.
¡Qué molesto cuando pasa eso!
Pagaste, te dolió, y después de todo el mambo,
recién empieza el laburo arduo.
Puedo seguir quejándome:
la chica era novata (yo calculé durante el proceso que debía ser la tercera depilación de su vida),
y me tuvo cuarenta minutos.
Sí, cuarenta. (pierna entera y cavado).
La camilla era tan nueva, tan blanca, tan plastificada
que cuando bajé me dolió el tirón del despegue.
Y la frutilla del postre: el gel post-depilatorio,
Un musgo turquesa lleno de burbujas de artificio
pegoteó mis piernas y provocó que cualquier basurita
del aire se pegara como bichito muerto al vidrio.

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