sábado, 2 de enero de 2010

Románticas (bajo luna llena azul)

Ayer anduve en bici con la negra.
Ella siempre me lleva atrás,
en el asientito metálico, raquítico, durísimo.
Ella pedalea, pedalea, pedalea
le da una paliza a las fuerzas gravitatorias.
Sabe esquivar las lomitas, pero nunca entiende
que mis pies chocan contra el asfalto cual chasqui boom en carnaval.
Nunca nos salió bien andar juntas,
yo siento que se me contraen los abdominales,
las piernas se achicharran en las esquinas
y me da tanto miedo que la agarro muy fuerte de la cintura.
Ella me dice: DALE JULI, LEVANTÁ LAS PIERNAS!
y grita: ¡no entiendo! ¡no entiendo cómo esto nos sale tan mal!

Mañana me voy yo,
pasado ella.
Nos vamos a extrañar.
Y aunque alguna otra persona me lleve alguna vez en bici,
yo prefiero que siempre me lleve ella,
así de gritona, así de negra.

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