lunes, 29 de septiembre de 2008

Viajar (III)

Toda ida tiene su vuelta. (y así la vida, no? no hay nada diferente a nada, no se si me explico, como que es todo lo mismo ,pero con diferentes formatos. El eterno retorno no es más que nuestra vida cotidiana pero alargada en toda nuestra vida).
Odio los Tuppers de Pueyrredón y corrientes.
Y la plaza once me trae una nostalgia
como un tango, cansado, sucio
desprolijo, vomitando asfalto
y yo solo quiero una hamaca paraguaya.

Viajar (II)

SAN LUIS

Un momento muy especial fue la subida al cerro, camino al recital.
La emoción estuvo presente, así como el miedo y la sensación de vértigo.
El camino me hizo acordar al trayecto La paz-coroico. Bordear un cerro en una camionetita, ver toda esa naturaleza imponente alrededor, marearse un poco, que se tapen los oídos y estar ansioso por lo que viene.
La música del Indio nos acompañó durante todo el viaje, pero las canciones que sonaron en la subida fueron las más apropiadas, canciones lentas, intensas, oscuras, penetrantes, así como el camino mismo. Indio y Pacha, uno solo. Y nosotros felices, viajando entre ellos.
Llegamos al predio pre recitalero, con una de las "copas" ferneteras del viaje (botella peligrosamente cortante y sucia). El lugar: un descampado del carajo y un viento tipo Pocahontas que nos llenaba de frío y ganas de saltar alto.
Sentí que estaba por salir yo a la cancha, a vivir algo increible, a realizar una hazaña.
El indio bajó por detrás del escenario con sus anteojitos, siendo tan igual a sí mismo, a su imagen, a la que todos tenemos de él que daba impresión. Es igualito a sí mismo.
Los pogos fueron divertidos, universales, de todo el pueblo. Saltamos y bailamos rock entre ricoteros y la oscuridad del medio de la nada.
La oscuridad fue absoluta en los momentos de no-luces, en el recital, en la ruta y en el supuesto camping al que coco nos llevó.
Coco es un capítulo aparte de esta historia. Es de esos hombres que, por azar, tenemos tanta suerte de conocer. Coco nos armó el viaje, prácticamente. Decidió por nosotros casi todo: los tiempos, los caminos, los lugares, pero sobre todo, decidió que la íbamos a pasar bien, y así fue. Nos consiguió vista al lago, rutas copadas, atajos pícaros, dos mantas, dos almohadas, una camionetita hippie espectacular y fotos supér ochentosas para mirar a la vuelta.
Coco fue un milagro, porque además de todo, manejaba muy bien. Gracias, coco.
Nuestro grupo viajero no se privó de ningún tipo de vicio, pero hay que resaltar lo SANOS que somos, que antes del recital elongamos e hicimos el saludo al sol.
Los chicos tenían una predisposición para hacer fuego y convidar vino, que daba gusto.
Y no nos faltaron chocolates, carne tierna, coca cola ni ayuda para realizar cualquier tipo de tarea.
Para finalizar, doy un panorama del campo semántico de nuestro querido juego "21":
motorhome, hipopótamo, chorro, porro, cinco, matraca, indio, Coudet, nueve, maradona, corazón, fernet, trece, catorce, tuca, dieciséis, patricio, birra, puta, loca y...Perdiste!
Buen juego. Buen viaje.

Viajar. (I)

Hay gente que dice que
me tomé un subte,
para tomarme un tren,
hacia el oeste.
Y cuando llegué al Oeste
quise seguir viajando...
como doce horas más...
Hasta alguna montaña,
tan hermosa, tan lejana
y parece que
muchas cosas lindas
me estaban esperando ahí;
y se comenta que
al volver
la combi, el auto,
el tren y el subte
se borraron de la memoria
porque en la cabeza
solo quedaba gusto a marroc,
fernet, pasto mojado
y banderas en mi corazón.

miércoles, 24 de septiembre de 2008


(...) Apareció entonces el zorro;
-Buenos días-saludó el zorro.
-Buenos días-contestó amablemente el principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.
-Si me buscas, aquí estoy-aclaró el zorro- debajo del manzano...
-Pero..., quién eres tú?-preguntó el principito- Eres muy hermoso...

-Soy un zorro-dijo el zorro.
-Acércate..., ven a jugar conmigo-propuso el principito- Estoy tan triste!...
-Jugar contigo? No..., no puedo-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
-Ah! Perdón-se excusó el principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-Has dicho "domesticar"? Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí-afirmó el zorro- Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres-respondió el principito- Dime, qué significa "domesticar"?
-Los hombres-intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crian también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, verdad?
-No-dijo el principito- Busco amigos. Qué significa "domesticar"?
-Ah!..., es una cosa muy olvidada-respondió el zorro- Significa "crear lazos".
-Crear lazos?-preguntó el principito.
-Así es-confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para tí más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo...
-Creo que empiezo a entender-dijo el principito- Hay una flor... Creo que me ha domesticado.
-Es probable-contestó el zorro- En este planeta, en la Tierra, pueden ocurrir todo tipo de cosas...!
-Oh! No es en la Tierra-se apresuró a decir el principito.
El zorro se quedó no menos que intrigado.
-Acaso en otro planeta?
-Sí.
-Puedes decirme si hay cazadores en ese planeta?
-Oh, no! No los hay.
-Me está resultando muy interesante, Hay gallinas?
-No.
-No existe nada que sea perfecto-dijo el zorro suspirando.
Luego prosiguió:
-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que..., si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. Mira! Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo...
El zorro en silencio, miró por un gran rato al principito.
-Por favor... domestícame!-suplicó.
-Lo haría, pero... no dispongo de mucho tiempo-contestó el principito. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sabes...? Sólo se conocen las cosas que se domestican-afirmó el zorro. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y... como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!
-Y... qué es lo que debo hacer?-preguntó el principito.
-Debes tener suficiente paciencia-respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.
Al otro día el principito volvió:
-Lo mejor es venir siempre a la misma hora-dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad! En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-Qué son los ritos?-preguntó el principito.
-Se trata también de algo bastante olvidado-contestó el zorro- Es aquéllo que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un maravilloso día, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Fue así como el principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:
-Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.
-No es mi culpa-repuso el principito- Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño...
-Sí, yo quise que me domesticaras-dijo el zorro.
-Pero dices que llorarás!
-Sí-confirmó el zorro.
-Ganas algo entonces?-preguntó el principito.
-Gano-aseguró el zorro- por el color del trigo.
Luego sugirió al principito:
-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo. Cuando vuelvas para decirme adiós, yo te regalaré un secreto.
Se dirigió el principito nuevamente a la rosas:
-En absoluto os parecéis a mi rosa. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo.
Las rosas se mostraron ciertamente molestas.
-Sois bellas, pero aún estáis vacías-agregó todavía- Nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es sin duda más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa...
Regresó hacia donde estaba el zorro:
-Adiós-dijo.
-Adiós-dijo el zorro- Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos-repitió el principito a fin de acordarse.
-El tiempo que dedicaste por tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.
-El tiempo que dediqué por mi rosa...-repitió el principito para no olvidar.
-Los hombres ya no recuerdan esta verdad-dijo el zorro- En cambio tú, por favor... no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa...-dijo en voz alta el principito a fin de recordar...


martes, 23 de septiembre de 2008

POGO CARAJO!!!!!


Se va la chata señores!!!

lunes, 22 de septiembre de 2008

(adiós polainas) 21/09/2008

qué más primaveral
que ver arbolito
desde un arbolito.

viernes, 19 de septiembre de 2008

simpatizante :)

Infinito punto rojo
...como ser
infranqueable
cara angular
ponerse la camiseta
border-bordering
Fragmentario
amorcipán
menos onda que un renglón
barquito de papel
acero inolvidable
nariz aguileña
prisma!
hipotenusa al cuadrado
castillitos de arena
cuenca del sur

Una mujer llamada Antonia.

Antonia quiere liberarse.
Antonia quiere saltar, correr bien lejos, superar sus marcas.
Antonia quiere desaparecer en el horizonte, (perderse entre la arena y el cielo)
Antonia quiere desabrochar su corazón,
esconder el lazo para siempre,
dar rienda suelta a borracheras de sentimientos.
Antonia tiene una sola ficha, (la más preciada)
y no duda en arrojarla a la fuente.
Antonia quiere conocer lugares nuevos,
quiere estar de carnaval (pero sin máscaras),
tomada de la mano.
Antonia quiere sentirse ella misma (y quiere sentirse bien).
Antonia quiere ser feliz y hacer feliz,
Antonia es muy inquieta, tal vez (demasiado).
Pregunta, observa, mira de reojo
y mira de nuevo, just to check.
Antonia siente vacíos, espacios en blanco
y los odia.
Los quiere colorear, Antonia quiere pintarlos (de colores brillantes).
Antonia es así,
tiene muchas estrellas en los ojos
(que a veces se apagan)

martes, 16 de septiembre de 2008

Milanga querida.

Me gusta probar las milanesas de otras casas
porque siempre son riquísimas,
pero diferentes.

Memorias del subsuelo

En la tan querida parri de serrano, la otra noche, comentamos entre amigas nuestros miedos infantiles más profundos, y, no casualmente, resultaron demasiado similares.
Enumeramos los siguientes:
-Horror al dormir destapadas.
-Miedo de mirarse en el espejo y ver a alguien más que no fuera nosotras mismas.
-Miedo de mirarse al espejo y reconocer una figura por detrás.
-Terror al estar en la cama y sentir una presencia dando vueltas.
-Imposibilidad de comprobar si esa presencia era algo/alguien o no, porque frente al miedo probablemente éste iba a funcionar como condicionante para efectivamente comprobar que sí había ese algo/alguien y tal vez moríamos del miedo. En cambio, con la simple suposición no moríamos, tan sólo temblábamos.
-Todas rezábamos, por algo. Especialmente porque no entraran ladrones a nuestras casas.
-A ninguna le gustaba quedarse sola.
Yo, por mi parte, me asustaba si mi madre no volvía a las seis y media en punto del trabajo, me asomaba al balcón cada día para verla bajarse del taxi y saludarnos, siempre la misma rutina. También me daba miedo que pusieran una bomba en el colegio, en la época que empezaron las bromas telefónicas de amenazas. Un día de amenaza yo fui al colegio y fue la primera vez que la sensación de susto me hizo doler la cabeza por varios días.
Le tenía pánico a las abejas y al apendicitis, y ahora también, solo que aprendí a convivir mejor con ellos, y creo que hubiese sido mucho más feo que me pasara alguna de estas dos cosas más antes que después.
Y el otro día, hablando con B., comentamos acerca de la construcción de una suerte de montaña, utilizando el mejor lenguaje figurado, construcción que implica mucho empeño, dedicación, profunda delicadeza y paciencia, montaña, a su vez, factible de ser destruida en partículas de segundos.
Yo creo que es así la vida, como una montaña que se va construyendo lo más sanamente posible, pero que frente a la primera hilacha, puede desapilarse y crear un caos incorruptible.
Es muy dificil ser normal.
Nada es casualidad. Este post proviene de la incipiente lectura del oscuro Dostoievski.

viernes, 12 de septiembre de 2008



Las terminales en Bolivia tienen ese no se qué que nos encanta.
Arrojan a la luz nuestro instinto asesino más profundo y los más dulces recuerdos.
Nunca temí tanto a la muerte como en aquellos micros y nunca estuve tan cerca de sentirme viva, a la vez. Esa es la mejor síntesis boliviana.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Allá lejos y hace tiempo

Uno puede ir a la costanera de dos maneras.
Siendo pobre o siendo rico.
Yo estoy segura de que
es más rico ser pobre.
Porque los choripanes
sentaditos en el ya-no-río
(se secó, pero alguna-vez-fue)
no se comparan
con ningún salmón al caviar
ni ningún faena hotel.
Yo propongo
el 23 de noviembre (o no)
ir con carpas, linternas, y mucho hambre
a degustar la argentinidad
metida entre dos panes.

lunes, 8 de septiembre de 2008

la música es feliz

Quiero salir por ahí escuchando las canciones a continuación enumeradas:
-Se me ha perdido un corazón. Gilda.
-La espuma de las orillas. Andrés.
-La arveja esperanza. Arbolito.
-Azul. Cristian Castro.
-Sopa de caracol ( plataiemicousu, yupi pati yupi pati). Los cadillacs.
-Friends will be friends. Queen.
-Pepe Lui. Divididos.
-Colombina. Jaime Ross.
-Desesperada. Marta Sánchez.
-Un cigarrillo y un café. Los enanitos verdes.
-Tan enamorados. Ricardo Montaner.
-Y otras de fito, sabina, rodrigo (el potro), lito vitale y pedro Aznar.-
Una mezclatina borrosa como el aire de los lunes.

viernes, 5 de septiembre de 2008

gorda II

La torta hizo su efecto, claro.
Hoy cometí un error de esos que conocemos bien todas las mujeres
(que no somos las de cultura-yogurt-ser):
me puse un pantalón de esos que en veranito cuelgan
y ahora no me puedo sentar sin
desabrochar el botón superior.

oui oui

Insistiendo con septiembre, hablemos un poquito de este mes.
De la cantidad de cumpleaños en septiembre.
Del olor a primavera, que en realidad muchas veces llega el día 30, donde claramente el crédito debería llevárselo octubre, y sin embargo, todos valoramos enormemente al noveno mes.
De las ropas sueltas que comienzan a pasearse por las calles.
De las plazas con gente y subeybajas subiendo y bajando.
De las ganas de ir preparando la lista con las cositas para el viaje.
De las ganas de ir sacando el pasaje a Ecuador que todos queremos.
De las ganas de ir limpiando la carpita y pensando si seguir usando la mochila de Belu o comprarme una nueva.
Para mi, en septiembre todos pensamos en vestidos de flores de todos colores, en Plaza Francia a los quince años, pensamos mucho más que en otros meses en Silvio Rodríguez, en tereré de frutillas en una esquinita al sol, en ojotas, chancletas, alpargatas y pies descalzos, en-no-desvestirnos-tanto antes de entrar a la ducha, así como en que ya no es tan fácil caminar por la calle en minifalda. Desvariamos también, con comprarnos ropa de ferias americanas y parecernos a Celeste Cid, en leer cosas por el mismo placer de la lectura y abandonar cualquier tipo de gramática y en ir tomando un colorcito soleado de que empezamos a ser más felices.

lunes, 1 de septiembre de 2008

septiembre siempre llega

Un poquito de griego
quisiera entender
cuando llegue la primavera,
antes no.
Y podría viajar en barquito
a cualquier lugar del mundo
y recostarme en hamacas paraguayas,
argentinas o paraguayas.
Y leer sobre viajes
mientras viajo con libros nuevos
si es que los encuentro
adentro de la mochila
de mochilera.

Un chocolatín
y una brújula
quiero que me lleven
a perderme por ahí.
y cuando me reencuentre conmigo
retomo griego,
antes no.