martes, 29 de julio de 2008

Fle-qui-lli-to

Walter es un déspota de la tijera- todas lo sabemos, y nos gusta.
Sí, nos encanta.
Él sabe cortar rulos y por eso lo respetamos.
Entonces le dije: "ni muy corto ni flequillo".
Claro.
Y bueno, como siempre hizo lo que quiso: corto y con felquillito. Y ahora me gusta.
Desde los cero hasta los diez años, aproximádamente, tuve flequillo. Lo odiaba. Odiaba el recorte más que el corte. Me daba vergüenza entrar recortada a la primaria.
Cuántas vergüenzas en la primaria. Pero qué cositas tan lindas en la primaria.
Yo me acuerdo que un día estaba haciendo pis y me mandaron una carta de amor por debajo de la puerta del baño. La música de fondo: la flauta dulce. Y la conexión con esta anécdota colgada: que en ese momento también tenía flequillo.
Los amores de tercer grado-

No hay comentarios: