La
metáfora de la espina clavada
encuadra
perfectamente con mi situación.
Es algo
que duele un poco
molesta
un poco
es un
poco absurdo,
pero lo
que importa
es que a nadie detiene una espina.
Lo que
la gente no dice
es que
por la madrugada
se
vuelve espada de pinches oxidados.
Así me
duermo,
envuelta
en una espina mutante
que de
día se hace la linda
y de noche
desenvaina.
2 comentarios:
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Gracias, Juchi!
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