La plaza busca a los niños
y las hamacas avanzan lejanas.
Parecen moverse de la mano
de los huracanes nocturnos.
Mamá empuja alto
y yo sigo subiendo
hasta pasadas las siete.
Un milagro cotidiano
como esperar su mirada
para empezar a llorar.
Existir o no es relativo,
siempre es bueno que nos miren vivir.
1 comentario:
¨La felicidad no es real si no es compartida¨ :)
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