jueves, 6 de diciembre de 2012


Noviembre, luego existo.
Soy energía de cable de teléfono;
fluyo sin entender cómo.
Mi jardín está borracho:
salen hojas de papel de los árboles grises
y de esas hojas, blancas ovejas como algodones.
No hay mucho para recordar,
una primavera como todas
quizás un poco más de aire
que no está ni dentro ni fuera
de mi boca que olvida
todo decir.
Un velador amarillo
deja la habitación sin luz
brillando oscura.
No me interesa seguir creciendo
sin desenterrar mis piernas.
Fin de año es promesa para muchos.

No hay comentarios: