martes, 4 de mayo de 2010

Alguito respecto de.

Allá abajo estaba más desordenado. Quedaba bien eso.
Todo lo demás estaba impecable. Tres lámparas, una roja, otra amarilla, otra verde.
Cada una en un ambiente,
cada ambiente en una ventana
y un semáforo que nunca vi pero tuve ciertas imaginaciones sobre sus luces.
(porque los mismos colores de las lámparas, no? un poco, se entiende).
Cuestión que nadie perdió ningún tiempo
y el tiempo se hizo largamente corto. Casi lo mejor.
Y cuando sonaron las campanas, las ventanas seguían apagadas
y los porteros brotaban de las avenidas doble mano.

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