Ella pensaba que qué loco,
que como son las cosas,
que al final nada nunca fue casual,
que nada nunca es por nada,
todo siempre es, siendo;
que no hay tan simple ni tan complejo,
que hay y eso es lo que hay, ya está.
Que no podría ser parecido,
porque tampoco podría ser diferente,
y que por más que uno sepa todo esto,
es casi lo mismo que nada,
porque no somos uno de una vez y para siempre,
somos materia que cambia,
con años y también sin años, con meses,
y todos nos vamos transformando con todos,
y todo es parte de lo mismo que cambia,
y las cosas que van quedando se van estableciendo
fuerte en el pecho,
pecho que piensa y recuerda
que uno siempre tiene que intentar.
No importa qué, intentar.