adentro de la guitarra
que encontré entre una puerta
y mi almohada de girasoles.,
Disculpe señorcito si lo molesto,
sólo me agacho cuando pierdo la conciencia
y el equilibro se desvanece dentro de mi cuerpo,
señor, señor, vaya derecho, erguido, maldiciendo el porvenir
que seguro las palabras brotan
como cebollas de capas húmedas.
No sea papanata,
compre cebollita de verdeo y agite fuerte,
quizás ahí encuentre mejor acople.
Entre lo violeta y lo verde suena súper.
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