martes, 3 de noviembre de 2009

Camus no es absurdo.

Absurdo
el mundo de la vida cotidiana
el mundo de los viajes
el concepto de vida, el de la muerte, el de la vida después de la muerte.
Absurdas las sensaciones, las emociones y las películas, el pasto y los reencuentros,
absurdo querer divertirse,querer trabajar y tener metas, absurdos los nervios, las planificaciones, el estrés, el uniforme de trabajo, la visita al jardín japonés, el hámster de primer grado, la explicación de papá noel, no comer el caramelo del suelo, no ir ni atrás ni adelante de todo en los micros, subir al avión con algún pie, dormir entre seis y nueve horas al día, absurdas las horas, los días, los meses, las estrellas, constelaciones, planetas, sistemas solares paralelos. Absurdo los extratarrestres y los terrestres, absurdo el color azul de la Tierra, absurdo el color, si todos somos daltónicos a nuestra percepción del mundo.
Nadie sabe en verdad nada.
Absurdo tanto trajín.
Jardín.
Primario.
Secundario.
Facultad.
Doctorado?
Pero sólo el absurdo nos constituye como hombres
natural y socialmente determinados
a saber que lo absurdo debe terminar en lo más absurdo de todo,
¿quién sabe algo de la muerte?,
pero todos estamos seguros.


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