No hay tiempo, no hay hora, no hay reloj
No hay antes ni luego ni tal vez
No hay lejos, ni viejos, ni jamás
En esa olvidada invalidez
Si todos se ponen a pensar
La vida es mas larga cada vez
Te apuesto mi vida una vez mas
Aquí no hay durante ni después
Deja no me lo repitas mas
Nosotros y ellos vos y yo
Que nadie se ponga en mi lugar
Que nadie me mida el corazón
La calle se empieza a incomodar
El baile del año terminó
Los carros se encargan de cargar
los restos del roto corazón
Acá en esta cuadra viven mil
Clavamos en tiempo en un cartel
Somos como brujos del reloj
Ninguno parece envejecer
Mi abuelo me dijo la otra vez
Me dijo mi abuelo que tal vez
Su abuelo le sepa responder
si el tempo es mas largo cada vez
Discrepo con aquellos que creen
que hay una sola eternidad
Descrean de toda soledad
Se engaña quien cree la verdad
Acá no hay tango
no hay tongo ni engaño
Aquí no hay daño
que dure cien años
Por fin buen tiempo
Aunque no hay un mango
Estoy llorando
tou me acostumbrando
Se pasa el año se pasa volando
Ya no hay mas nadie que pueda alcanzarnos
Y yo mirando sentado en el campo
Como se pasa el año volando
No pasa el tiempo no pasan los años
Inventa cosas con cosas de antaño
A nadie espera la casa de al lado
Se va acordando, se acuerda soñando Se va acordando
Por eso te pido una vez mas
tomátelo con tranquilidad
Puede ser ayer, nunca o después
Pero tu amor dame alguna vez.
viernes, 28 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
martes, 25 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
domingo, 16 de diciembre de 2012
Mi abuelo.
De año nuevo en la ocasión
reciba Ud. esta felicitación.
Soy su humilde servidor
que diariamente y con amor
le trae a Ud. la cebolla
y otras cosas para la olla.
No soy, sin embargo, verdulero
ni panadero ni camionero
y, pese a no ser vendedor
soy su seguro proveedor.
reciba Ud. esta felicitación.
Soy su humilde servidor
que diariamente y con amor
le trae a Ud. la cebolla
y otras cosas para la olla.
No soy, sin embargo, verdulero
ni panadero ni camionero
y, pese a no ser vendedor
soy su seguro proveedor.
Soy, como habrá Ud. comprendido,
quien se dedica a sudar
para que usted pueda gastar.
Soy, señora...su marido.
(Salió sin tachaduras).
Carta de mi abuelo Dodo a mi abuela Celia. ♥
quien se dedica a sudar
para que usted pueda gastar.
Soy, señora...su marido.
(Salió sin tachaduras).
Carta de mi abuelo Dodo a mi abuela Celia. ♥
jueves, 13 de diciembre de 2012
Mis pensamientos se estampan
como ventana en día de lluvia,
salpicados por el viento.
La época de banderines cuelga
en todas las ventanas del barrio.
Empieza una cuenta regresiva
de noches que no dejan de terminar.
.
Los días ya nunca empiezan.
.
Un remolino de desesperanza,
una fachada de desmesurados colores.
Apaguen la emoción:
ya no se fabrican chimeneas.
Salto la rayuela de mi living,
hay más objetos que de costumbre,
fabricándose mutuamente.
.
Soy testigo de todos los inventos
pero no se me ocurre ninguno propio.
.
Siempre quise tener una idea.
como ventana en día de lluvia,
salpicados por el viento.
La época de banderines cuelga
en todas las ventanas del barrio.
Empieza una cuenta regresiva
de noches que no dejan de terminar.
.
Los días ya nunca empiezan.
.
Un remolino de desesperanza,
una fachada de desmesurados colores.
Apaguen la emoción:
ya no se fabrican chimeneas.
Salto la rayuela de mi living,
hay más objetos que de costumbre,
fabricándose mutuamente.
.
Soy testigo de todos los inventos
pero no se me ocurre ninguno propio.
.
Siempre quise tener una idea.
Te desarmo en notas musicales,
hago un Dalí original con mis bigotes,
esculpo una figura ensombrecida;
no me mires así, no ves que todos
venimos del agua.
No hay luz pero percibo todo
soplando con mi aliento alrededor.
Te toco una coplita a capela:
la canción no tiene voz ni guitarra.
Escribo mamarrachos
-no soy buena usando la izquierda-
y comienzo de atrás para adelante.
Hay versos que todavía no me salen
pero igual confío en ellos.
lunes, 10 de diciembre de 2012
El juego más peligroso
estoy inventando las reglas
las reglas más peligrosas
tener que completar la vida
la vida más peligrosa
es la de los juegos sin instrucciones.
No me importaba si eras alto o bajo
si tenías los ojos de un color o de ninguno
podías vestirte desnudo si querías
podías comer caramelos solamente,
había una sola cosa que no valía:
.
Visto mi cuerpo, lo envuelvo
con una cortina de viento frío.
Abro los cajones sin buscar nada
en particular dedico esto a todos
no reniego, pero la luz es mucha
y no todos los ojos pueden verla.
Moverme me parece poco
si los pies no hacen algún ruido,
ruido a sombra, a fantasmas celestes
si no hay agua cerca para secarme.
No me traigas cerca nada más
que tengo problemas para ver con claridad
y es una lástima perderse la belleza.
.
El espejo me muestra mi cara
pero tengo cuidado, es distinto
cuando las flores acompañan
el cuarto menguante: el cambio sabio
de volverse más tímido.
Voy cerrando las ventanas
el viento es mucho y
no todos pueden sentirlo.
estoy inventando las reglas
las reglas más peligrosas
tener que completar la vida
la vida más peligrosa
es la de los juegos sin instrucciones.
No me importaba si eras alto o bajo
si tenías los ojos de un color o de ninguno
podías vestirte desnudo si querías
podías comer caramelos solamente,
había una sola cosa que no valía:
.
Visto mi cuerpo, lo envuelvo
con una cortina de viento frío.
Abro los cajones sin buscar nada
en particular dedico esto a todos
no reniego, pero la luz es mucha
y no todos los ojos pueden verla.
Moverme me parece poco
si los pies no hacen algún ruido,
ruido a sombra, a fantasmas celestes
si no hay agua cerca para secarme.
No me traigas cerca nada más
que tengo problemas para ver con claridad
y es una lástima perderse la belleza.
.
El espejo me muestra mi cara
pero tengo cuidado, es distinto
cuando las flores acompañan
el cuarto menguante: el cambio sabio
de volverse más tímido.
Voy cerrando las ventanas
el viento es mucho y
no todos pueden sentirlo.
jueves, 6 de diciembre de 2012
La plaza busca a los niños
y las hamacas avanzan lejanas.
Parecen moverse de la mano
de los huracanes nocturnos.
Mamá empuja alto
y yo sigo subiendo
hasta pasadas las siete.
Un milagro cotidiano
como esperar su mirada
para empezar a llorar.
Existir o no es relativo,
siempre es bueno que nos miren vivir.
Noviembre, luego existo.
Soy energía de cable de teléfono;
fluyo sin entender cómo.
Mi jardín está borracho:
salen hojas de papel de los árboles grises
y de esas hojas, blancas ovejas como algodones.
No hay mucho para recordar,
una primavera como todas
quizás un poco más de aire
que no está ni dentro ni fuera
de mi boca que olvida
todo decir.
Un velador amarillo
deja la habitación sin luz
brillando oscura.
No me interesa seguir creciendo
sin desenterrar mis piernas.
Fin de año es promesa para muchos.
A veces
pasan las cosas.
Estaciona
la calma silente
sobre el
mantel de flores.
Pasen,
por favor:
hoy
podemos
soplar
lejos lo que nos separa,
contar
hasta diez y
volver a
contar;
que el
tiempo sea eso.
Algunas
canciones se me acercan
en
determinadas fechas del año.
Mientras,
veo el polvo sobre los libros:
todo lo
nuevo es limpio
Podría
hablarte pero prefiero silbar;
me quiero
mantener pulcra.
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