miércoles, 13 de junio de 2012

ITALIA

Cuesta escribir un viaje cuando el viaje pasa de ser turismo a ser vida.
Ahora bien, ¿qué es vida? en parte es viajar, conocer, caminar por lugares, pero todo se vuelve más real cuando aparecen amigos y gente linda que te acompaña viajando y viviendo. Así fue Italia: una mezcla de quesos, cervezas, paisajes de no creer y personas que nos mostraban todo lo lindo del país.
Roma gana por afano en cosmopolita: Coliseo, ruinas, foros, fuentes, galerías. El Vaticano tiene un museo lleno de cositas, cosotas y detalles y no podés creer cómo Miguel Ángel tuvo tanta paciencia para pasar 30 años pintando la capilla sixtina. Yo admiro con locura la paciencia porque es un don con el que no nací. A veces me canso de leer una nota en un diario y hay gente como Miguel Ángel que pinta el cielo durante casi toda su vida. Y encima le quedó hermoso, La Piedad, qué locura. Lástima los guardias que gritaban con tono agresivo: "NO PICTURES, NO PICTURES". La gente estaba sorda o muy entusiasmada, la cuestión es que nadie le hacía caso. Pobres los que su trabajo consiste en gritarle a gente que le importa un pito lo que le digan.
Roma tuvo eso de las ciudades que te dan adrenalina a más no poder, que querés pasear y hacer todo y caminar y tomar helado y comer pastas y pizza, todo a la vez y sin pausa. Hicimos jornadas de doce horas, estamos sacando unas piernas olímpicas. La Fontana di Trevi es hermosa pero no me pude dar un baño como en la Dolce Vita. Había mucha gente todo el tiempo y hacía un poco de frío. Una decepción. 
Cuando dejamos Roma empezó una nueva etapa del viaje: mi amigo el chueco nos pasó a buscar por la estación de trenes de Palermo, Sicilia. Cuando nos encontramos nos dijo que como estaba ansioso, había salido a comprar cosas porque en su casa no podía estar. Es que claro: la última vez que nos vimos fue en Villa Crespo y ahora habían pasado varios años y miles de kilómetros, muy loco.
Nos subimos al auto y compramos "cornetos" (las facturas sicilianas) para desayunar. La casa donde vive con Lía (su mujer) y Araní (su bebita) es preciosa: grande, luminosa, con huerta y llena de chirimbolos colgando del techo. Muy hippie, todo colores, todo amor.
Los días en Terrasini, la tierra materna de Lía, tuvieron un  ritmo especial, muy cercano a la vida de Araní. Dormimos siestas, comimos cuando ella dormía, dormimos cuando ella dormía, salíamos a pasear cuando ella dormía. Por suerte, Araní es de muy buen dormir y pudimos disfrutar del mar más transparente que vi en mi vida. Fuimos a escuchar música, comimos todas las comidas típicas que los chicos nos mostraron (sandwich de bolas de papa y sandwich de helado, yo estaba en el paraíso), hicimos snorkel y vimos unos atardeceres espectaculares.
Después nos tomamos un barco todos juntos y nos fuimos a Napoli, la ciudad del quilombo. 
Si no andás realmente concentrado, te atropellan en cada esquina. Caminar es una lucha contra el tránsito: los italianos manejan como verdaderos locos. La verdad, Napoli nos hizo sentir como en casa: ruidos, gente, movimiento. Ser argentino es una ventaja, porque ahí todos aman a Maradona. Si decís que sos argentino te regalan cosas. Las bolsas del supermercado tienen su cara estampada y hay un bar que tiene "un pelo del Diego" encuadrado en la pared. Hay altares, pelucas, caricaturas. F-A-N-A-T-I-S-M-O.
El chueco nos contactó con los amigos de la casa donde él había vivido hace unos años y nos quedamos ahí. "Casa caridad", conocida en todo Napoli, según dicen. Vivían cinco personas pero nunca había menos de 14 durmiendo. Cuando te despertabas había gente en la terraza, en el baño, en la cocina, en el sillón de al lado. Fue una experiencia muy intensa que culminó con una lasagna bien tana en manos de Lorenzo, uno de los integrantes de la casa. Y después, bailes típicos con acordeón y pandereta a la luz de la luna. Chau amigos, qué lindo todo. 
Por último, pasamos dos días en Venecia. ¿Y qué te voy a decir? Venecia es Venecia.
Roma:





Terrasini, Sicilia:






Napoli:



Venecia:





2 comentarios:

MdS dijo...

Quesos??? Pizzas???? Quien se apodero de mi amiga!????!!!! que me la devuelvan!!!!!! ( te quiero pipi)

Julieta dijo...

Tengo miedo de decirlo, pero a pesar de probarla (ojo, eso ya es muy meritorio) la pizza no es lo mío...
sigo siendo la misma falladita de siempre :)