Ayer estaba pensando: qué difícil es contar algo.
Qué difícil hacer un recorte, elegir las palabras,
acompañarlas con los gestos correctos; los que dicen
lo que siento, lo que estoy sintiendo, lo que pasa,
lo que pasó, lo que pareciera que va a pasar.
Qué difícil relatar sentimientos,
qué raro es definir sensaciones.
Y al mismo tiempo, qué hermoso es
cuando una palabra logra capturar, bordear,
tocar alguna de mis emociones.
A veces me siento contenta
cuando sé decir. Me da confianza en
mí.
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