Cuando era chica, le ponía tanto empeño
a cerrar con llave el diario íntimo,
que de tan bien escondida usualmente la perdía.
Cuando era chica, le ponía tanto empeño
a cerrar con llave el diario íntimo,
que de tanto secreto
me daba pudor contarle incluso al diario mis secretos.
Cuando era chica, le ponía tanto empeño
a cerrar con llave el diario íntimo,
que terminaba poniendo frases en clave
así nadie podría descifrar mi intimidad.
(Ni siquiera yo misma).
Hoy escribo
en un blog sin llaves.
1 comentario:
:)
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