Me encanta mi carrera. Siempre me gustó.
La obligación de las lecturas de autores que uno no puede, o, más bien puede pero no quisiera, agarrar sin un martín ciordia que te explique tan amablemente el contenido.
Sin embargo, este fue un cuatrimestre funesto de encuentros y desencuentros de todos los tipos imaginables. Gente que vino, se fue, volvió y se volvió a ir. Me siento mareada y necesito un poco de puna jujeña.
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