Sí, cambio el mundo:
cambia mi manera de pensar sobre él.
jueves, 28 de febrero de 2013
jueves, 21 de febrero de 2013
Hacerse el distraído.
Cada día se resume en una ensalada colectiva de la vida.
Todo se vuelve otra cosa porque yo quiero,
somos de esa clase que no soporta sostener la mirada.
Infinitos golpes para salir siempre de mí,
algo que saque afuera, un poco de música
no sé, una canción de las tristes.
De aspecto dormido como si el mundo
fuese un error, un mundo que se hace sin querer.
¿Cómo sabe alguien tanto
si todos estamos viviendo por primera vez?
como yo y cada uno de los que saben algo,
nadie sabe porque nadie sabe nada.
En cada error hay un vértice que desconocemos,
un ángulo oculto que trepamos en falso.
Mucha confusión, como cuando suena una música de fondo
y no nos damos cuenta hasta cuando queremos romper
el equipo que emite ese sonido que nos rompe los silencios
del cerebro mutilado.
La afirmación la creo con pedazos de malentendidos
y esa es mi verdad. La de todos los que saben algo.
Sedimentos, retazos de ilusiones que pulimos
con esfuerzo para decir: ¡yo sé!
Todo se vuelve otra cosa porque yo quiero,
somos de esa clase que no soporta sostener la mirada.
Infinitos golpes para salir siempre de mí,
algo que saque afuera, un poco de música
no sé, una canción de las tristes.
De aspecto dormido como si el mundo
fuese un error, un mundo que se hace sin querer.
¿Cómo sabe alguien tanto
si todos estamos viviendo por primera vez?
como yo y cada uno de los que saben algo,
nadie sabe porque nadie sabe nada.
En cada error hay un vértice que desconocemos,
un ángulo oculto que trepamos en falso.
Mucha confusión, como cuando suena una música de fondo
y no nos damos cuenta hasta cuando queremos romper
el equipo que emite ese sonido que nos rompe los silencios
del cerebro mutilado.
La afirmación la creo con pedazos de malentendidos
y esa es mi verdad. La de todos los que saben algo.
Sedimentos, retazos de ilusiones que pulimos
con esfuerzo para decir: ¡yo sé!
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